martes, 11 de febrero de 2014

Esta mañana....


                                                                                                              Suite

 Esta mañana hemos salido a pasear por la playa. Su hermana ha venido a casa para cortarle el pelo con la maquinilla de pelar hombres. Cuando ha terminado de ataviarla Belle me ha llamado. Yo he subido y he entrado en nuestro dormitorio pidiendo permiso, como en las casas de importancia. La he encontrado guapa y así se lo he dicho. Y ella, con cierto desenfado me ha llamado embustero, pero como jugando y con un ligero temblor de aguas en el fondo de sus ojos.
Hemos ido a Torre del Mar. En el Paseo todos nos miraban. Yo me sentía como si llevara de la mano algo muy importante. Belle anda como no queriéndose romper, y sin pretenderlo se hace fuerte, como algo clásico que se echara a la calle a pasear. Me mira con sus ojos grandes, hermosos pero tristes, muy tristes. Y me dice que me quiere. Y yo entonces la siento como una linda pompa de jabón que se me quiere romper entre las manos. Las gaviotas, jugando con la brisa del mar han tejido un palio de lunas blancas sobre nuestras cabezas. De pronto, el viento ha saltado a Poniente. Las gaviotas se han dispersado con un espeso griterio, y un viento fresco y azul nos ha lavado a los dos la cara.
La mañana ha terminado con la cotidiana compra del periodico y el aperitivo en un chiringuito solitario del Paseo Marítimo pero yo sé, en lo más hondo de mí, que algo de habanera inacabada ha tenido ese paseo por la playa. Por la tarde, en casa, le he montado la sombrilla en la terraza que mira a la playa y ella, como una hermosa hada de los colores se ha sentado a poner orden en el azul del mar.

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