CODA
La señora Teresa, por la que tanta simpatía llegó a sentir la autora de estos diarios, fallecería al poco tiempo de separarse ambas, a los dos o tres días de ser trasladada Belle-de-Mar a la habitación de aislamiento. Por razones obvias, esta información también se le ocultó a la paciente durante todo el tiempo de su convalecencia. Una empleada del servicio de limpieza del propio Hospital se ofreció voluntariamente para escribir aquellas tiernas cartas que Belle-de-Mar recibía creyéndolas manuscritos originales de su compañera de habitación.
"Pie Jesu, Dómine, dona eis requiem"
El Faro, muriendo la primavera del año 2006
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