miércoles, 29 de enero de 2014

Ellas si han estado más unidas.....

                                                            IX


Ellas si han estado más unidas a mamá de lo que lo he estado yo. Estoy hablando de mis hermanas ¡claro! La diferencia de edad entre ellas y yo es la suficiente como para que cuando yo era ya una adolescente que despertaba a mujer y tenía con mi madre los enfrentamientos propios de esa edad, ya de por sí conflictiva, ellas eran dos niñas y por lo mismo muy influenciables que fueron testigos de la etapa más cruda y más violenta de mis relaciones con mamá; y eso colaboró a crear en sus mentes la imagen distorsionada que siempre han tenido de mí y que nos lleva a mantener de adultas unas relaciones bastante equívocas que se mueven casi siempre entre la culpabilidad y el cariño, entre la indiferencia y la susceptibilidad. Mamá no me gritaba ni se enfrentaba de forma violenta a las reivindicaciones propias de la edad que yo le exigía sino que me vencía con su indiferencia hacia mi joven persona, que podía durar semanas, alimentado por el silencio  cómplice de mis hermanas, silencio que mamá alimentaba con su rostro de enfado. Cuando decidí irme a vivir con Mario papá estuvo algo duro conmigo y era el mismo Mario (y esto es algo que siempre ignoró papá) el que lo defendía de mis ataques de hija despreciada. Mis hermanas, prefirieron permanecer al margen de la disputa y cuando yo, por aquellos días, aparecía por la casa y había reunión familiar los silencios de mis hermanas podían oirse en el otro extremo de la ciudad.
Mientras hablaba con mi hermana ha venido una enfermera a informarme de que mañana me cambian de habitación. Me van a llevar a la otra ala del edificio donde se encuentran las habitaciones de aislamiento pues mi médula se niega a mandarme esos neutrofitos, y mi organismo se encuentra completamente indefenso frente a cualquier infección. Y debe de ser verdad porque yo me siento cada vez más débil.




                   

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